La forma del agua, fantástico peliculón de Guillermo del Toro
No se me ocurre mejor definición para La forma del agua que la de "películón". Guillermo del Toro lo borda, y lo aborda con una exactitud y perfección fuera de lo común, y consigue una película redonda. Todo está bien. Nada sobra.
Se reflejan tantos temas, tantas cuestiones, tantas personalidades distintas que se puede decir que "lo toca todo de un modo u otro". Y me refiero a la bondad, la perversión, los seres humanos que son como máquinas de matar y de conspirar, la lucha fría ruso-americana, los primeros envíos al espacio, la religión, los dioses, la amistad y el amor, sobre todo el amor. (Y seguro que me dejo algo).
Quizá el amor aparece cuando alguien te hace sentir distinto y bien en tu propia piel, y eso le ocurre a los dos personajes principales, ese monstruo anfibio y nuestra princesa muda, que en el fondo es un poco como cenicienta, encontrando a un príncipe azul; en este caso, un ser como de otro planeta, aunque supuestamente procede de Sur América.
La a…
Se reflejan tantos temas, tantas cuestiones, tantas personalidades distintas que se puede decir que "lo toca todo de un modo u otro". Y me refiero a la bondad, la perversión, los seres humanos que son como máquinas de matar y de conspirar, la lucha fría ruso-americana, los primeros envíos al espacio, la religión, los dioses, la amistad y el amor, sobre todo el amor. (Y seguro que me dejo algo).
Quizá el amor aparece cuando alguien te hace sentir distinto y bien en tu propia piel, y eso le ocurre a los dos personajes principales, ese monstruo anfibio y nuestra princesa muda, que en el fondo es un poco como cenicienta, encontrando a un príncipe azul; en este caso, un ser como de otro planeta, aunque supuestamente procede de Sur América.
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